La propietaria de la granja Katharina Perutzki espera que su burro gigante Fred entre en el Libro Guinness de los Récords. "Actualmente no se conoce ningún burro más grande en el mundo", afirma la orgullosa propietaria del santuario "Kuschelfarm" de Krostitz, en Sajonia. Esta mujer de 31 años registró su burro de prado, que mide 174 centímetros, en el Libro Guinness de los Récords la semana pasada.
El motivo es la muerte del anterior poseedor del récord, el estadounidense Romulus. El explotador de la granja se enteró hace poco a través de Facebook. Esto significa que el municipio de Krostitz pronto podría albergar al burro más grande del mundo.
"En realidad, me gustaría que no fuera tan grande", admite Perutzki. Por un lado, está orgullosa de su Fred. Por otro, su tamaño es una gran carga para él. A diferencia de los burros normales, que según Perutzki viven unos 50 años de media, los burros gigantes no tienen una larga esperanza de vida. Fred, que hace unos años se proclamó subcampeón de Sajonia en carreras de burros, tiene ahora diez años.
Perutzki acoge a animales viejos y enfermos en el santuario "Kuschelfarm". En la granja viven actualmente burros, caballos, mulas, llamas, gatos y un perro. En verano, habrá otro festival en la granja donde los amantes de los animales podrán conocer a Fred en persona.
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