Sin renovar, pero ahora una experiencia digital: el castillo de Colditz, cerca de Leipzig, ha reabierto sus puertas después de seis meses y ofrecerá una nueva exposición interactiva a partir del miércoles. Los visitantes podrán utilizar una tableta especial, la "HistoPad", para obtener nuevos conocimientos sobre la historia del que fuera un magnífico pabellón de caza, según anunció el martes la Staatliche Schlösser, Burgen und Gärten Sachsen gGmbH (SBG).
Después de permanecer cerrado durante seis meses por obras de renovación, el histórico edificio abre ahora sus puertas para la temporada entre abril y noviembre. Varias áreas están abiertas a los huéspedes por primera vez. Se ha invertido alrededor de medio millón de euros en la nueva visita.
El director gerente de SBG, Christian Striefler, declaró: "El castillo de Colditz fue un campo de prisioneros de guerra, un hospital psiquiátrico y también un hospital. Las conmovedoras historias de estos capítulos reviven ahora con la realidad aumentada". En las salas aún sin renovar, los visitantes podrán experimentar la oscura historia del uso del castillo con la ayuda de animaciones en 3D, fotos de alta resolución y más de 300 objetos expuestos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo fue un campo de prisioneros de guerra para oficiales de alto rango de los Aliados Occidentales. Entre los prisioneros destacados se encontraban los sobrinos de Winston Churchill y el entonces rey británico Jorge VI. Los numerosos intentos de fuga de los prisioneros siguen considerándose legendarios, especialmente en Gran Bretaña, y se conocen a través de una serie de televisión y el libro "The Colditz Story".
Tras la liberación en 1945, el castillo sirvió entonces como campo de internamiento para terratenientes expropiados y desplazados y sus familias. A partir de 1946, los edificios albergaron un hospital. En tiempos de la RDA, se produjeron las primeras visitas de antiguos prisioneros de guerra.
Con el "HistoPad", los visitantes no sólo siguen a las personas y su historia a través del castillo, sino que también pueden intentar escapar ellos mismos: en una estación de experiencias, pueden comprobar si habrían logrado escapar del castillo de Colditz en el "Colditz Glider", un planeador construido por los propios prisioneros de guerra. Lo único que recuerda su uso original como pabellón de caza son algunos artesonados pintados con esmero.
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