El ministro del Interior, Armin Schuster (CDU), ha pedido un duro cambio de rumbo del Gobierno alemán en materia de política migratoria. Tenemos un verdadero problema con una política de asilo y migración equivocada, dijo Schuster durante un debate en el Bundestag el miércoles. El debate se centró en los actos de violencia cometidos por personas que llegaron a Alemania como solicitantes de asilo. La sensación subjetiva de seguridad entre la población había caído drásticamente como consecuencia de tales delitos.
"La integración no es una vía de sentido único", dijo Schuster. Queremos inmigrantes que también quieran integrarse. La integración que se practica en Alemania es buena, pero no hay que sobrecargar el sistema. "La sensación de seguridad está en peligro, la capacidad de integración está agotada, el mecanismo de distribución de Dublín es básicamente inadecuado, está muerto, la amenaza del terrorismo crece. En dos palabras: ya basta". Los Estados federales necesitan urgentemente un freno radical a las admisiones de asilo y una ofensiva de deportación para los delincuentes múltiples y graves. El gobierno federal necesita un plan maestro de migración.
En términos concretos, Schuster pidió controles fronterizos más intensivos con la posibilidad de devolver a los inmigrantes y la deportación consecuente de los infractores: "Ahora necesitamos una señal para la población: este Estado constitucional tiene dientes. Y quien cometa un delito aquí será expulsado". Al mismo tiempo, ofreció Sajonia como proyecto modelo para los llamados centros federales de salida. Hay que poner fin al programa de admisión de personas procedentes de Afganistán, así como a la reagrupación familiar de personas con protección subsidiaria.
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