Para el entrenador del RB Leipzig, Marco Rose, la tarjeta amarilla-roja del Leverkusen tiene repercusiones culinarias. "Hay un catálogo fijo de penaltis", dijo el internacional David Raum en el programa "Doppelpass" de Sport1. "Como equipo, somos aficionados a tomar sushi en el vestuario cuando alguien ha hecho algo mal. Creo que ahora esperamos lo mismo del entrenador"
Rose recibió una tarjeta amarilla en el minuto 26 de la victoria del Leipzig por 3-2 ante el Bayer Leverkusen. El jugador de 47 años se había quejado inicialmente de forma demasiado violenta tras una falta sobre el delantero Lois Openda y después entró en el terreno de juego tras la primera tarjeta amarilla. "No sé si fue un poco excesivo sacar dos tarjetas amarillas enseguida. Pero en general me gustan las emociones. Me gusta cuando un entrenador se involucra en la banda y no se lo reprocho", declaró Raum. "Ahora tenemos ganas de comer"
En el mismo hotel que el árbitro
Rose admitió tras el partido que se había equivocado. "Tengo que asumir toda la responsabilidad. Las nuevas reglas son claras. Quise contactar brevemente con él tras la primera tarjeta amarilla. No funcionó", explicó Rose la escena en Sky TV, añadiendo: "Lo acepto. Me lo merecía en esa situación".
Rose ya había visto cuatro tarjetas amarillas en la temporada anterior y tuvo que ver el partido en Heidenheim desde la grada. "Lo curioso es que hoy nos hemos visto a la hora de comer, estábamos en el mismo hotel que los árbitros. Les dije: este año las cosas son diferentes. Ahora tengo que disculparme y corregirme, porque al final estaba claro lo que iba a pasar", dijo el jugador del Leipzig: "Acepto la tarjeta amarilla-roja, me comprometo a hacerlo mejor. Yo soy yo. Si meto la pata, lo admito. En este caso, lo hice"
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