El Leipzig lleva años dándole vueltas a lo mismo. Cómo jugar contra un equipo con una defensa fuerte y profunda de tal manera que al final sea suficiente para ganar... ni siquiera el entrenador Marco Rose lo ha resuelto todavía. Y después de partidos como el empate 0-0 contra el Union Berlin, dice: "En general, no fuimos lo suficientemente convincentes hoy para ganar"
Esto o algo similar se dijo después del empate 0-0 contra el VfL Bochum la temporada pasada. El Leipzig incluso falló dos penaltis entonces. El sábado, sólo hubo uno en el estadio, con entradas agotadas, pero Lois Openda lo falló a falta de un buen cuarto de hora, como si fueran ganando por cinco goles.
Dependientes de las estrellas
El agónico empate a cero contra el Union no fue precisamente propicio para la delicada euforia que surgió en torno al club tras la victoria en Leverkusen. El Leipzig tuvo casi un 70% de posesión y registró 745 pases con un porcentaje de acierto de casi el 90%. "Fuimos dominantes, pero no encontramos suficientes espacios donde fuera realmente interesante y peligroso", analizó Rose. En resumen: el Leipzig simplemente no tuvo ocasiones.
Una vez más, la dependencia de la clase individual se hizo evidente. Benjamin Sesko fue completamente ineficaz, Openda falló su tercer penalti consecutivo y Xavi Simons tuvo una de sus actuaciones más flojas con la camiseta del Leipzig. El holandés protagonizó un número inusualmente alto de pases erróneos y a menudo tomó la decisión equivocada. Dio la impresión de que le faltaba un compañero detrás de los delanteros. Rose había prescindido de él en favor de otro defensa.
Faltó presencia del entrenador
Si las estrellas tienen un día mediocre, la idea de juego no está lo suficientemente desarrollada como para compensarlo. Otros equipos como el Leverkusen están mucho más adelantados en este aspecto. Incluso cuando faltaron varios jugadores clave la temporada pasada, la racha no se rompió.
Lo que también le faltó al Leipzig fue su entrenador. Rose tuvo que cumplir su tarjeta amarilla del partido contra el Leverkusen en la grada. Alexander Zickler, que ya lo había hecho con éxito durante una buena hora en el Bayer, estaba en la zona de entrenadores. Y eso que el portero Peter Gulacsi le dijo a Rose: "Con su carisma, podría habernos dado un empujoncito al final"
Rose prefirió estar en la banda
Al propio Rose tampoco le impresionó precisamente su cambio de perspectiva. Echaba de menos la cercanía. "Me siento ahí arriba y tengo el mismo modo que abajo, en la banda. Estoy emocionado, estoy allí y quiero participar", declaró el jugador de 48 años. Como aficionado, le encanta ver los partidos desde arriba. Como entrenador, "prefiero estar abajo con el equipo".
El fallo de Openda desde los once metros habría sido posible incluso con Rose en la banda. "Soy un entrenador que, por lo general, no marca pautas porque debe regularse dentro del equipo", dijo el técnico. El equipo decidió a favor de Openda juntos. "Puede que la próxima vez decidan de otra manera"
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