El fan de Trabi Jan-Erik Nord cruzó EE.UU. en su dos tiempos desde Zwickau y recaudó donativos para la investigación de la rara enfermedad de la mariposa. Pero la gira causó muchos más problemas al coche de culto de lo que se pensaba en un principio. El calor y la gasolina de los EE.UU. pasaron factura a su Trabant 601, declaró Nord a la Agencia Alemana de Prensa. Sólo pudo subir algunas montañas a entre 10 y 15 kilómetros por hora. "Cerca de Las Vegas hacía 47 grados en algunos lugares", explica el conductor de 43 años. Para refrescarse un poco, se ató una toalla mojada alrededor de la cabeza. "Ese era mi aire acondicionado".
Siempre llevaba un osito de peluche en la gira, que le había regalado Käthe, una niña de cuatro años de Zwickau. Ella padece la rara enfermedad de la piel conocida por los expertos como epidermólisis bullosa (EB). La niña ha entregado parte del dinero recaudado -unos 5.000 euros- a científicos del Hospital Universitario de Friburgo. Allí se investiga la EB y se trata a la niña. Los padres de Käthe tienen puestas grandes esperanzas en una nueva terapia procedente de EE UU. Sin embargo, los costes se estiman en unos 800.000 dólares (unos 737.000 euros) para un tratamiento de seis meses. "Esperamos la aprobación de la compañía de seguros médicos", dijo el padre Frank Hofmann.
Nord: "El Trabi nos ha abierto las puertas"
Nord ya había entregado un cheque por valor de otros 5.000 dólares a los científicos del Hospital Infantil de Stanford, en Estados Unidos, para la investigación de la enfermedad de las mariposas. Sin embargo, insistió en que la gira no era sólo una cuestión de dinero, sino también de concienciación sobre la enfermedad. "El Trabi fue un gran abridor de puertas y ayudó a entablar conversación con la gente muy fácilmente". Nadie que conociera había oído hablar de esta rara enfermedad de la piel.
Recorrió unos 9.000 kilómetros desde la costa este hasta la costa oeste en cuatro semanas, dijo Nord. Sin embargo, a diferencia de lo previsto en un principio, no pudo subastar el coche con fines benéficos al final de la gira. La estricta normativa medioambiental de California lo impidió. En su lugar, un amigo lo compró para que el coche encontrara un nuevo hogar en EE.UU.
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