El canciller federal, Olaf Scholz, ha acogido con satisfacción el acuerdo salarial en Volkswagen como una "solución buena y socialmente aceptable". "No son tiempos fáciles para los empleados de Volkswagen", ha dicho el político del SPD en un comunicado. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, el compromiso alcanzado por los interlocutores de la negociación colectiva garantiza que el Grupo y sus empleados puedan esperar un futuro seguro. Por último, pero no por ello menos importante, el acuerdo demuestra que Alemania sigue siendo un importante centro automovilístico e industrial.
Por la tarde, Volkswagen y el IG Metall habían anunciado un acuerdo en su conflicto salarial. Entre otras cosas, prevé la reducción de 35.000 puestos de trabajo para 2030. Sin embargo, no habrá cierres de fábricas ni despidos forzosos.
El ministro de Economía, Robert Habeck, afirmó que cada puesto de trabajo que no se pueda salvar es una pérdida. "Ahora debemos trabajar juntos para renovar y fortalecer la competitividad de la industria del automóvil y dar un nuevo impulso a la aceleración de la electromovilidad", dijo el político verde en un comunicado.
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