Calor de mono en la exhibición: el zoo de Dresde inauguró el martes su nueva casa para orangutanes, completando así la mayor inversión en sus 163 años de historia. El edificio ha costado 22 millones de euros, por lo que ha resultado unos cinco millones de euros más caro de lo previsto. Casi tres millones de euros proceden de donaciones. Según el alcalde de Dresde, Dirk Hilbert, el zoo se ha convertido así en un lugar aún más atractivo para visitantes de cerca y de lejos. Hilbert también considera la inversión una contribución a la cría de animales adecuados a las especies y la combina con un aspecto educativo. Es importante concienciar sobre la conservación de la selva tropical", declaró.
La casa de los orangutanes, inaugurada con temperaturas de casi 30 grados, tiene forma de rosquilla gigante. El recinto exterior para los grandes simios está situado en el centro. El recinto protegerá mejor a los orangutanes del viento y el ruido y les permitirá pasar más tiempo al aire libre que antes. También dispondrán de mucho más espacio y posibilidades de trepar, así como de zonas de retiro y juegos en las instalaciones interiores y exteriores. Además de los grandes simios, el zoo alberga otras especies del sudeste asiático, como el cangrejo Binturong, nutrias de pelaje liso, reptiles como dos pitones reticuladas y las tres tortugas gigantes de Dresde llamadas Hugo II, Hugo III y Hugo IV.
Todavía no todos los cinco orangutanes de Dresde se han trasladado a su nuevo hogar. Las dos hembras ancianas Djaka y Djudi -ambas de más de 50 años- aún no han hecho la mudanza. El orang "jefe" Toni, la hembra Daisy y el macho Dalai ya se han instalado en sus nuevos aposentos. Toni ya estaba muy animado en la inauguración e intentaba llamar la atención con su típico comportamiento de gran simio fanfarrón. Toni y Daisy son los padres de Dalai, que nació en 2015. El zoo de Dresde lleva mucho tiempo especializado en la cría de orangutanes. El primer orangután (malayo: habitante de la selva) se crió aquí en la década de 1920.
Los orangutanes son una especie extremadamente amenazada. Según el zoo de Dresde, a principios del siglo XX aún vivían unos 85.000 animales en libertad en Sumatra, pero en 2016 solo quedaban 14.000. Además de la caza, la tala de las selvas tropicales ha provocado un descenso masivo de la población. En 1985, más de la mitad de la isla, que pertenece a Indonesia, seguía cubierta de bosques, pero 30 años después solo quedaba una cuarta parte. El principal motivo de la deforestación es la obtención de madera tropical. Los orangutanes están perfectamente adaptados a la vida en los árboles.
El zoo de Dresde se fundó en 1861 y es el cuarto más antiguo de Alemania, después de los de Berlín, Fráncfort del Meno y Colonia. Alberga más de 1.000 animales de más de 200 especies en una superficie de unas 13 hectáreas en el Gran Jardín.
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