Las suaves temperaturas están teniendo un efecto positivo en las abejas de Sajonia, según el presidente de la Asociación de Apicultores de Sajonia: "Para las abejas que han sobrevivido, este año ha empezado bien", dijo Michael Hardt. Las abejas ya han podido aprovechar las floraciones tempranas y recoger polen fresco, y por el momento están bien abastecidas de vitaminas y proteínas.
Muchos apicultores temen por sus colonias de abejas en invierno, dijo el presidente de la Asociación de Apicultores de Dresde, Tino Lorz. Sin embargo, las temperaturas no son el principal problema: "Si las abejas están bien alimentadas, el frío apenas les afecta". El peligro procede más bien del ácaro Varroa. Éste pica a las jóvenes larvas de abeja y les chupa la sangre para alimentarse. Las larvas de abeja se debilitan por la pérdida de sangre y, por tanto, son susceptibles a virus y bacterias patógenos.
Las abejas, por tanto, no mueren por el ácaro en sí, sino por los virus que éste les transmite, según explicó Lorz. Para combatir el ácaro, la Ordenanza sobre enfermedades de las abejas prescribe el tratamiento con ácido fórmico y oxálico. Sin embargo, Lorz advirtió: "Esto también cría ácaros que soportan bien el ácido". Por ello, varias asociaciones europeas de apicultores piden que se abandonen por completo los tratamientos con ácido a largo plazo. En su lugar, quieren confiar en los métodos de cría y encontrar formas de identificar las colonias que ya son resistentes.
Las abejas de invierno deberían tener una esperanza de vida más larga que las de verano, pero también están particularmente expuestas al riesgo del ácaro. El hecho de que la cría ya esté bien abastecida esta primavera es por tanto un alivio para las colonias de abejas, continuó Hardt - "al menos mientras no haya olas de frío".
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