El gobierno de Sajonia, junto con las iglesias, ha pedido que los refugiados sean tratados con dignidad. El principio de la caridad y la responsabilidad vivida es un cemento esencial de la sociedad, dijo el martes el ministro presidente Michael Kretschmer (CDU) tras una reunión de gabinete con el obispo de la diócesis de Dresde-Meißen, Heinrich Timmerevers, y el obispo protestante Tobias Bilz. La vida cristiana, las iglesias cristianas crearían algo en la comunidad y calidez que el Estado no podría lograr de esta manera. Los refugiados no son números y cifras, sino personas que necesitan ser tratadas humanamente.
El obispo Timmerevers se pronunció a favor de dar a los refugiados la oportunidad de trabajar. El Papa Francisco había señalado que el trabajo da dignidad a las personas. Sin embargo, también reconoció con sobriedad las posibilidades que tiene un gobierno estatal. Hay límites. "Debemos hacer todo lo posible para que todo el que venga a nosotros pueda experimentar este respeto por el trato digno", subrayó el obispo. Kretschmer añadió: "No puede ser correcto que administremos maravillosamente a las personas que acuden a nosotros y las dejemos sentadas en casa. No, tienen que hacer algo, deberían poder trabajar". Eso les daría dignidad.
El obispo Bilz describió el trato a los refugiados como una prueba de fuego. No se debe violar la dignidad humana. El gabinete sajón invita a los obispos a un debate una vez al año. A petición de los líderes eclesiásticos, esta vez el tema fue la migración.
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