En el mundo de los partidos fuertemente conservadores, de derechas y fascistas, hay un enemigo favorito: el voto por correo. ¿Por qué? Porque es el blanco perfecto para sembrar la desconfianza en los procesos democráticos y afirmar después que todo está amañado y manipulado. Un vistazo a EEUU bajo Trump muestra cómo funciona este truco. Pero, ¿por qué se torpedea y difama con tanta vehemencia el voto por correo? Una mirada más profunda revela las pérfidas intenciones detrás de este enfoque.
En primer lugar, hay que entender que el voto por correo es un punto débil a los ojos de estos grupos políticos. Proporciona un punto de ataque conveniente para sembrar dudas sobre la integridad del sistema electoral. Se afirma repetidamente que el voto por correo es susceptible de fraude y manipulación, pero sin aportar pruebas sólidas. El objetivo no es mejorar realmente las elecciones, sino hacerlas vulnerables. Esto crea un escenario en el que cualquier resultado electoral desfavorable puede ser descartado como ilegítimo.
Los ejemplos históricos proporcionan una prueba impresionante de este enfoque. En Estados Unidos, Trump ha jugado magistralmente con la narrativa del fraude electoral en el voto por correo. Meses antes de las elecciones de 2020, empezó a sembrar dudas de que el voto por correo estaba amañado. Y he aquí que, cuando perdió, volvió a recurrir exactamente a esas acusaciones. Este patrón también puede encontrarse en otros países y sistemas políticos. El objetivo es siempre socavar la legitimidad democrática si los resultados no se corresponden con sus propias ideas.
Sin embargo, los estudios y los datos demuestran lo contrario de lo que afirman estos actores políticos. Un estudio exhaustivo del voto por correo en EEUU, realizado por el Centro Brennan para la Justicia, no encontró pruebas significativas de fraude generalizado. Existen datos similares de otros países democráticos. Pero estos hechos son irrelevantes para los detractores del voto por correo: simplemente no encajan en su narrativa.
¿El final de la historia? Una sociedad cada vez más polarizada en la que la credibilidad de las elecciones democráticas sigue erosionándose. Al desacreditar el voto por correo, se está jugando un peligroso juego que destruirá la confianza en las instituciones democráticas a largo plazo. Si cada elección se presenta como potencialmente amañada, la gente perderá la confianza en el sistema democrático en su conjunto.
Al final, hay que decir que el voto por correo es un componente esencial de las democracias modernas que permite a muchas personas emitir su voto. Torpedearlo sólo para promover tu propia agenda política no es otra cosa que un ataque a la propia democracia.
Esta es mi opinión, ¿qué opinas tú?
PS: En Sajonia, ya puedes solicitar tus documentos de voto por correo. Sólo tienes que echar un vistazo a las páginas correspondientes de tu ciudad y municipio.
