Para el DJ Purple Disco Machine, originario de Dresde, la clave del éxito es pensar de forma diferente. "Ahora no me importan los géneros", afirma el artista, cuyo verdadero nombre es Tino Piontek, en una entrevista con la Deutsche Presse-Agentur. En la capital de Sajonia, el "valle de los despistados, como decimos los propios habitantes de Dresde", la gente tiende a aislarse del mundo, al contrario que en otras grandes ciudades. Esto le permitió probar cosas nuevas sin dejarse influir y encontrar su propio camino. Con canciones como "Hypnotised" y "Substitution", este artista de 43 años se presenta ante fiesteros de todo el mundo.
Dice que su música no encaja en ningún sitio, y que eso es lo que la hace especial. "Los alemanes tenemos a menudo el problema de que siempre tenemos encasillamientos para las cosas, incluso para la música. Necesitamos géneros y entonces ocurre que no le damos ninguna oportunidad a la música que podríamos sentir porque no se corresponde con el género que queremos o deberíamos escuchar"
Antes de que Piontek celebrara el éxito en Alemania, hacía tiempo que era conocido y tenía éxito en otros continentes del mundo, recuerda el oriundo de Dresde. "Cada país, cada continente lo celebra de forma diferente: la gente reacciona de forma muy distinta a mi música". Se siente especialmente cómodo en Sudamérica, donde la gente se abre a su música. "La gente de allí simplemente siente la música, o la siente o no la siente".
Según Piontek, marcharse de Dresde nunca fue una opción para él. "Nunca fui de los que siempre tuvieron ansias de viajar, era totalmente feliz con la vida que tenía en Dresde". Dijo que siempre fue importante para él que su éxito creciera de la forma más natural posible. En los últimos diez años ha viajado "muchísimo" por trabajo. "Desde entonces, Dresde se ha convertido en mi hogar de una forma completamente diferente. Me ha hecho darme cuenta de lo que la ciudad significa realmente para mí y de lo que saco de ella"
El viernes (15 de septiembre), Piontek se subirá al escenario de su ciudad natal. De niño, dijo, asistió a su primer concierto con su abuela en el Junge Garde. "El hecho de subirme a un escenario en Dresde hace mucho por mí. Desde el momento en que decidí hacerlo, casi me arrepiento", dice sonriendo. Amigos, familia, compañeros... todo el mundo está allí. "Eso es agradable y al mismo tiempo me asusta un poco, porque me siento más cómodo cuando estoy en una ciudad donde conozco a poca gente. Es más fácil salir de allí si algo va mal. Eso no se puede hacer en Dresde"
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