La Federación Alemana para el Medio Ambiente y la Conservación de la Naturaleza (BUND) ha pedido alternativas al uso de sal para carreteras. Su uso torpedea todos los esfuerzos para proteger los árboles urbanos de los calurosos veranos provocados por el cambio climático, explicó el miércoles Daniel Blume, subdirector de BUND Dresde. "La vitalidad de los árboles urbanos, ya mermada por la falta de agua y la intensificación del uso, empeora innecesariamente como consecuencia: para muchos árboles, esto significa una muerte lenta por sal". El tilo, el sicomoro y el olmo se consideran especialmente sensibles, pero también lo son el sicomoro, el carpe y el espino.
Según los ecologistas, al rociar las calzadas o aceras heladas se crea una mezcla de sal y agua que reduce el punto de fusión del hielo. Esta mezcla también llega a la vegetación vecina y se acumula en el suelo. "En la primavera siguiente, la sal dificulta la absorción de agua por las raíces de los árboles. Los árboles literalmente 'mueren de sed', incluso en días de lluvia". Además, no se pueden absorber nutrientes importantes como el potasio, el calcio y el magnesio. Además, se crea una solución altamente alcalina en el agua de deshielo, lo que provoca un aumento del valor del pH del suelo.
El BUND considera que la sal de carretera sólo debe utilizarse en casos inevitables y en grandes carreteras. Los productos de limpieza sin sal, como el granulado, la gravilla y la arena, son adecuados para las aceras. "Protegen nuestra valiosa naturaleza urbana", subraya Blume.
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