Tras la última advertencia de las organizaciones de protección de los consumidores al minorista chino en línea Temu, el ministro de Economía de Sajonia, Martin Dulig, ha advertido de los peligros para la economía local. "Si queremos seguridad en los productos y competencia leal, necesitamos un sistema de vigilancia del mercado que funcione", dijo el político del SPD en Leipzig el miércoles. Con cientos de miles de paquetes pedidos en línea cada día que llegan por avión desde fuera de la Unión Europea, la envergadura de la tarea no tarda en hacerse patente.
Las asociaciones de consumidores presentaron la semana pasada denuncias contra Temu ante la Comisión Europea y las autoridades competentes de numerosos países de la UE. Las pruebas de compra revelaron que el 95% de los juguetes adquiridos en Temu contenían contaminantes tóxicos. Se dijo que el floreciente mercado en línea infringía la nueva Ley de Servicios Digitales (DSD) de la UE. Además, Temu suele dejar a los consumidores sin saber a quién compran los productos.
Para Dulig, las normas son claras: quien comercializa un producto en la UE debe garantizar que cumple la normativa de seguridad. Para garantizar esta seguridad, se utiliza una combinación de etiquetado y controles eficaces. La marca alemana GS ("seguridad probada") o la marca CE, reconocidas en todo el mundo, pretenden ayudar a los consumidores a la hora de elegir los productos.
"Tengo que saber que un precio llamativamente bajo significa a menudo que un juguete, un detector de humo, ropa o cosméticos proceden directamente de fuera de la UE", continuó Dulig. Como se trata de una importación directa, el producto no está necesariamente sujeto a controles. Esto podría acarrear riesgos y perjudicar a la economía nacional, que respeta las normas. Sin embargo, la vigilancia completa del mercado es imposible. "Por tanto, los consumidores también deben velar por la seguridad de los productos"
Pero, desde el punto de vista de la Federación Alemana para el Medio Ambiente y la Conservación de la Naturaleza (BUND), el etiquetado CE no es necesariamente una garantía de calidad y buen hacer. No es un sello de aprobación. Los fabricantes sólo utilizan la marca para confirmar que sus productos cumplen todos los requisitos de seguridad. Según BUND, la realidad suele ser distinta: Los juguetes, por ejemplo, pueden estar contaminados con sustancias nocivas, muy por encima de los límites legales.
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