El puente Carola de Dresde, que se derrumbó parcialmente hace tres meses, debe ser demolido por completo. "Los daños son tan graves que no es posible reabrir los puentes A y B que aún permanecen en pie", anunció el miércoles la ciudad en relación con los últimos resultados de las investigaciones científicas sobre su estado. Ahora está claro que "urge" sustituirlos.
Según el informe del experto independiente en puentes Steffen Marx, la causa del colapso del vano C fue la "corrosión bajo tensión inducida por hidrógeno", que, junto con la fatiga del material causada por la carga de tráfico, provocó el fallo de numerosos tendones. El daño por corrosión ya se había producido durante la construcción del puente, dijo.
El derrumbe no era previsible: se cumplían los requisitos legales
La ciudad encargó al catedrático del Instituto de Estructuras de Hormigón de la Universidad Técnica de Dresde que investigara la causa del derrumbe y el estado del resto del puente. Expertos de toda Alemania participan en los análisis para obtener rápidamente resultados bien fundados.
Según el ayuntamiento, los expertos constataron que "no era posible una predicción fiable del derrumbe con los métodos habituales" y no vieron negligencia por parte de los responsables.
La noche del 11 de septiembre, unos 100 metros del tramo oeste del puente C, aún sin renovar, se derrumbaron inesperadamente. Pocos días después, se retiraron los primeros escombros y, desde principios de octubre, se está llevando a cabo la demolición del tren C de la importante arteria de tráfico del centro de la ciudad, ahora cerrada, que cruza el río, y se ha interrumpido la navegación.
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