Náuseas, dolor abdominal o algo peor después de comer setas que uno mismo ha recolectado: este otoño, este tipo de situaciones tienen de nuevo ocupados a los expertos del Centro Conjunto de Información Toxicológica de los estados de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia (GGIZ). El centro, que tiene su sede en Erfurt y dispone de un número de emergencia de día y de noche para intoxicaciones, ha contabilizado en lo que va de año unos 240 casos de sospecha de intoxicación por setas.
Son menos casos que hace un año, dijo la directora del centro, Dagmar Prasa. "Esto se debe a que la temporada de setas empezó relativamente pronto el año pasado -ya en agosto-, mientras que este año hemos recibido relativamente pocas llamadas sobre setas hasta septiembre inclusive". El número de consultas sobre intoxicaciones por setas no ha hecho más que aumentar significativamente desde octubre.
Según el informe, el mayor número de consultas hasta ahora ha procedido de Sajonia, con 89 casos sospechosos. Los habitantes de Turingia llamaron 41 veces, 34 los de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y 28 los de Sajonia-Anhalt. También hubo 49 consultas de otros estados federados. Comparativamente, los champiñones se confunden a menudo, por ejemplo, con los boletus carbólicos, explica la Prasa. Estos pueden causar molestias gastrointestinales.
Las personas afectadas deben ponerse primero en contacto con un centro de información toxicológica si tienen síntomas gastrointestinales leves después de comer setas, aconsejó Prasa. "Si hay restos de limpieza, restos de la comida o vómitos, pueden intentar identificar las setas con la ayuda de un experto en setas". Sin embargo, si aparecen otros síntomas como alucinaciones o pérdida de conocimiento, hay que llamar a los servicios de emergencia.
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